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laclasedetercero

Little Red Hen se llama en inglés, en español


Esta es la historia de Little Red Hen, os dareis cuenta

de que en clase tenemos muchos más personajes,

!!claro es que somos muchos/ as!! Nuestra obra de

teatro será un poquito diferente a la historia tradicional

, porque cada animal pondrá una excusa para no ayudar

a la gallinita. Algunos dirán que les duele la cabeza,

la barriga o la espalda para no echar una mano a la gallina.

Había una vez una gallina roja llamada Marcelina, que vivía

en una granja rodeada de muchos animales.
Era una granja muy grande, en medio del campo. En el establo

vivían las vacas y los caballos; los cerdos tenían su propia

cochiquera. Había hasta un estanque con patos y un corral

con muchas gallinas. Había en la granja también una familia

de granjeros que cuidaba de todos los animales.
Un día la gallinita roja, escarbando en la tierra de la granja,

encontró un grano de trigo. Pensó que si lo sembraba

crecería y después podría hacer pan para ella y todos

sus amigos.
-¿Quién me ayudará a sembrar el trigo? - les preguntó.
- Yo no dijo el pato.
- Yo no dijo el gato.
- Yo no dijo el perro.
- Muy bien, pues lo sembraré yo dijo la gallinita.
Y así, Marcelina sembró sola su grano de trigo con

mucho cuidado. Abrió un agujerito en la tierra y lo tapó.
- Pasó algún tiempo y al cabo el trigo creció y maduró,

convirtiéndose en una bonita planta.
-¿Quién me ayudará a segar el trigo? - preguntó

la gallinita roja.
- Yo no dijo el pato.
- Yo no dijo el gato.
- Yo no dijo el perro.
- Muy bien, si no me queréis ayudar, lo segaré yo

exclamó Marcelina. Y la gallina, con mucho esfuerzo,

segó ella sola el trigo. Tuvo que cortar con su piquito

uno a uno todos los tallos. Cuando acabó, habló

muy cansada a sus compañeros:
-¿Quién me ayudará a trillar el trigo?
- Yo no dijo el pato.
- Yo no dijo el gato.
- Yo no dijo el perro.
- Muy bien, lo trillaré yo.
Estaba muy enfadada con los otros animales, así que

se puso ella sola a trillarlo. Lo tri-turó con paciencia

hasta que consiguió separar el grano de la paja. Cuando

acabó, volvió a preguntar:
-¿Quién me ayudará a llevar el trigo al molino

para convertirlo en harina?
- Yo no dijo el pato.
- Yo no dijo el gato.
- Yo no dijo el perro.
- Muy bien, lo llevaré y lo amasaré yo contestó Marcelina.

Y con la harina hizo una hermosa y jugosa barra de pan.

Cuando la tuvo terminada, muy tranquilamente preguntó:
- Y ahora, ¿quién comerá la barra de pan? - volvió a preguntar

la gallinita roja.
-¡Yo, yo! dijo el pato.
-¡Yo, yo! dijo el gato.
-¡Yo, yo! dijo el perro.
-¡Pues no os la comeréis ninguno de vosotros!

contestó Marcelina-. Me la comeré yo, con todos

mis hijos. Y así lo hizo. Llamó a sus pollitos y la

compartió con ellos.


2 comentarios

Evelyn. -

me ha gustado la historia.

Ana Pereira -

la hitoria me ha gustado mucho porque es la que vamos a hacer en el teatro